Como los niños/as también aprenden por imitación y ya les había dado la oportunidad de crear su propio plano, este día probé a dárselo yo.
Reconozco que el dibujo no es uno de mis fuertes, así que dibujé el plano de las 3 mesas de las que hemos estado hablando en las anteriores entradas (primera parte) y (segunda parte)
Lo amplié a tamaño A3 para poderlo ver todos/as en gran grupo. Les hice una serie de preguntas para ver si dentro de mis posibilidades para el dibujo, mi objetivo se cumplía.
- ¿Sabéis qué es esto?¡que levante la mano quién está sentado en esta mesa! ¡que se pongan de pie las niñas de esta mesa! ¿quién se sienta en este sitio? ¿y en este?
El secretario me ayudó a repartir las fotos de cada niño/a para que se pudieran ubicar en el plano. Iban saliendo de uno en uno o por parejas si veía que tenían alguna duda, o no se estaban ubicando correctamente. Tengo que aclarar, que si entre ellos no se corrigen y creen estar seguros de poner la foto en su sitio, aunque yo crea lo contrario... No les digo dónde tienen que poner la foto para que esté bien. Porque no sirve de nada, no les enseño nada y nada están aprendiendo.
Me resultó muy llamativo, como todos colocaron su foto mirando hacia la mesa. Es increíble su capacidad de orientarse en el espacio.
Después pasé a la evaluación individual. Cada niño/a tenía su foto y su plano en tamaño folio y tenían que ubicarse solitos. Con la complicación que según dónde estuvieran sentados para resolverlo, su plano estaría del revés...
Se me ocurrió que podía dibujar otras cosas que hay en la clase, para que les sirviera de referente. A lo que cada uno decidió dibujar, muebles, cortinas, juguetes, jirafas, hierba e incluso agua.
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