Hace unos días los peques de 3 años, vinieron a clase buscando un conejo que tenía prisa y que buscaba a Alicia. Otro día celebraron una fiesta de "no cumpleaños" con sombrerero incluído, sin olvidar la decoración que comienza en su pasillo y termina en sus clases que parece que están en el País de las Maravillas.
Pero lo que hoy quería compartir es la experiencia que han vivido los alumnos de 4 años.
La semana pasada al salir de mi clase, me encontré aparcado en el pasillo un cohete que llegaba casi al techo.
Los papás de Ana, Manuel y Fuensanta lo habían construido para que pudiera ir con todos sus amigos a la luna hoy.
El papá de Irene, Barto, también les hizo una estructura de otro cohete que les sirvió de puerta mágica.
Esta mañana en la fila de 4 años no había niños, ni niñas, ¡había astronautas!
Las mamás de ambas clases y los tutores, habían preparado una luna en toda regla. Con un par de sacos de serrín para el suelo, un vídeo en la pantalla grande con planetas y música, todo forrado de negro, oscuro, con luces de colores y un ambiente muy conseguido con humidificadores, han transportado a través de un cohete y una cuenta atrás, al alumnado de 4 años, ni más ni menos, que a ¡La luna!
Ha sido increíble verles las caras de sorpresa, observar como caminaban, como si no hubiera a penas gravedad. Sus risas nerviosas, analizando cada detalle de la sala, dudando entre la realidad y la ficción...
Realmente fantástico. Mi más sincera enhorabuena a mis compañeros Lucía y Eloy, no sólo por el trabajo dedicado con ayuda de las familias para el día de hoy, si no por cada día de este Proyecto tan atrayente.
Espero que os guste.