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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Caracol a la deriva...

       Ya nos dimos cuenta que en el plano de la Alhambra y en una hoja que tenemos colgada, faltaba un trozo de papel, como roido por un caracol (que ya conocemos su rastro). Pero no veíamos ningún caracol por la zona, por la pared, muebles y demás.

 Cierto día, no sé por qué una niña miró hacia arriba, pensando en algo, supongo... y ¡allí estaba! Increíble, pero cierto. Menos mal que es el animal más lento...

  

martes, 18 de octubre de 2011

Hemos aprendido mucho de Caracoles

Cuando comenzamos esta aventura, apuntamos lo que sabíamos de estos animalitos y lo que queríamos saber. Después de mucho material de casa, cuentos, libros, poesías, canciones, adivinanzas, imágenes, actividades, observación, etc. Llegó el día en el que completamos las preguntas planteadas. Las sabíamos todas y muchas más.

Así quedó el mural del Proyecto.

Y como aprendimos, mucho, mucho. Me llevo a casa mi premio, el cual he medio elaborado, pintando y haciéndole el pie con arcilla.
Os tengo que contar que cuando llegaron las conchas de estos caracoles a clase, tuvimos una sesión de las buenas de matemáticas. Había muchas y teníamos que averiguar si habría suficientes para tener una cada uno, incluidos los niños que no habían ido ese día a clase.

Taller de Caracoles

Como ya sabéis tenemos que trabajar los tamaños en Educación Infantil: Grande, mediano y pequeño. Bien, pues no me hizo falta decirles que señalaran el pequeño o grande... para evaluarlos. De forma creativa y divertida lo averigué. Y no solo trabajamos las magnitudes, si no que utilizamos, los números, colores, igual que, diferente, encima, debajo, círculo...

Les di muchas hojas de colores en cada una había piezas que componían nuestro caracol. Para que estuviera bien bonito teníamos que recortar un pie, y tres círculos, cada uno de un tamaño y cada pieza de un color diferente. Pegaríamos el mediano encima del grande y el pequeño encima del mediano.

Después de pegarles un ojito y unos cuernos (aunque sabemos que los ojos los tienen el los cuernos... Cuando digo eso, Rafa no para de insistirme en que ¡es un dibujo, no pasa nada, no es de verdad!) quedó así de bonito:

domingo, 9 de octubre de 2011

Caracolera

Ya tenemos una señora caracolera, con caracoles pequeños, medianos, grandes... Tenemos una zona con tierra especial para que puedan enterrar sus huevos, en el caso de que se apareen . Les echamos lechuga y pepino que les encanta. El viernes limpiamos la caracolera y les echamos unas gotitas de agua para humedecer el ambiente y enseguida salieron de sus conchas. Algunos tienen la membrana que utilizan para hibernar. Es genial investigar algo que podemos comprobar con nuestros propios ojos.

Esperemos que se gusten y podamos ver cómo meten su cabecita en la tierra para enterrar los huevos y a las tres semanas salgan minúsculos caracoles transparentes... Habrá que esperar.

jueves, 6 de octubre de 2011

Psicomotricidad caracolera

La monitora escolar, Marian, nos deja un cuento de un caracol que era de su hija, de cuando era pequeñita. Trata de un Caracol que le duele la barriga e intenta arrancar una plata de poleo para curar su malestar. Pero no tiene suficiente fuerza, así que aparecen varios animales para ayudarle. Al final entre todos son capaces de sacar la planta. Se me ocurre hacer dos filas iguales y yo seré el poleo y me tienen que mover del suelo y deslizarme.
 Solo digo que hagan dos filas iguales. Al principo hay una fila larga y otra corta de dos personas. ¿Ya están iguales? no, ¿qué podemos hacer? "que se vaya Alicia a la fila de Carmen", "yo también me voy" dice Nuria. Así hasta que vemos que más o menos. ¿Están iguales? Contamos los niños/as que hay en cada fila: 7 y 9. Ana dice que se tienen que ir dos. Pero solo se va Dorian y contamos de nuevo. Ya hay 8 en cada fila. Nos sirve. Y como en el cuento, todos juntos consiguen moverme.




Ya tenemos el gusanillo en el cuerpo, así que Häendel nos acompaña en sentirnos caracol. Nos hacemos masajes los unos a los otros: tocando con la punta de los dedos al ritmo de la música, arrastrando los dedos por la espalda del de delante como si tuvieran un caracol pegado, amasando, cortando, cosquillitas... Nos arrastramos con el culo como si no tuviéramos pies, sólo uno, como el caracol. Nos ponemos boca abajo y nos desplazamos como caracoles... ha sido divertido.

martes, 4 de octubre de 2011

¡CARACOLES!

Después de las dudas que nos sembraron algunas madres con el día que empezaba el Otoño... hoy día 21, hemos empezado a hablar de lo que pasaba en esta estación. Qué si las hojas, la ropa, la meteorología... por cierto que cuando llueve... yo sé de un animalito que le gusta la lluvia! Es pequeño... no, un tigre no es Manu, ni un canguro Raúl, ¡más pequeño! Redondo. Un erizo no Ana, un bicho bola podía ser Faustino, pero no es. Le gusta el agua y no es una rana. Tampoco un cocodrilo. No tiene patas, ¿cómo andará? sí, se arrastra, pero no es una serpiente chicos, es más pequeño y redondo. "Los caracoles se arrastran" muy bien Faustino, ¡lo has adivinado!
Algunos saben de dónde pueden traer caracoles y les digo que yo tengo un acuario de cristal vacío donde poderlos meter. Rafa propone hacer una ciudad... para eso se le ocurre hacerles coches con pepinos, pero surge un murmullo de desaprobación...
Empezamos a hablar de los caracoles, dónde vivían, qué comían, ¿beben agua? no estamos seguros. Tienen ojos en los dos cuernos largos, pero Andony dice que tienen ¡cuatro!, ¿qué son los dos bultitos de abajo?
Apuntamos lo que sabemos en una cartulina y lo que no nos ponemos de acuerdo y queremos saber en otra.
¿Cómo podemos averiguar lo que no sabemos? ¡Claro! Con la ayuda de nuestra familia. Pues para que no se nos olvide, le escribimos una nota.
Comienza la primera aventura en 5 años.

Algunos creen que los constructivistas no trabamos la grafomotricidad, bien pues aquí está la muestra. Trabajamos por Proyectos y hacemos grafomotricidad relacionada con lo que nos interesa. En este caso la concha en forma de espiral.
Primero ensayamos en un folio, con lápiz. Parecía fácil, pero no lo es. El primer punto no puede unirse con la cola cuando damos la vuelta, tenemos que abrir y abrir. Cuando dominamos la técnica, lo repasamos con rotulador.
Una vez hecho el boceto... con ¡pintura! Qué bonito nos ha quedado, seño.