martes, 17 de enero de 2012

La caja de los Tesoros

 Hoy tengo que reconocer que he llorado... de la risa, a costa de vuestros hijos/as. Os cuento por partes.

Resulta que... estoy pensando que hay mucho alfabético por ahí suelto... y no me arriesgo a contar la versión de la seño, no vaya a ser que lo lea alguno y perdamos la magia. Contaré la versión que ellos conocen. Tendréis que confiar en que tiene muchos fines didácticos.

Hoy cuando ya estábamos terminando los rincones, ha sonado la puerta. Para nuestra sorpresa era el secretario del centro, Manuel. Nos traía una caja bastante grande que decía que la habían mandado por correos y que ponía que era para la clase de los Toros, a lo que rápidamente Raúl ha dicho que eramos nosotros sin duda.

Por fuera se veían palabras sueltas, la cabeza de un dinosaurio dibujado, un hueso, garras... en seguida han leído "Diplodocus" y el hueso... daba a entender que había un dinosaurio dentro o fósiles.

Qué nervios, qué tensión, "ábrela, ábrela..." no paraban de gritar. ¡Qué suerte estábamos teniendo! ¡justo lo que estábamos investigando!

Hemos recogido y nos hemos ido a la asamblea para abrirla despacito.

Aquí es donde viene la parte en la que he llorado de la risa:
Después de leer la carta y comprender nuestro cometido, le he dado toda la expectación y dramatismo posible (me encanta tenerlos embelesados...). La he abierto lentamente, debajo de la caja ponía mi nombre y se veía un "Hue...", rápidamente ha dicho Patricia, la seño y Huelma, ¡nuestro pueblo!, pero al terminar de rasgar el papel se leía "Huertas", mi apellido. Nuria me ha preguntado: así te llamas ¿Patricia Huertas?- sí, Nuria.

He abierto las solapas y por un pequeño hueco he metido la mano... he movido rápido la caja y he pegado un grito.  A lo que todos/as han pegado un bote a la vez. Ahí ha empezado mi cachondeo. Cuando he sacado la mano, casualmente, tenía en el dedo un poco de rotulador rojo. Me ha venido genial para echarle rollo y decir que algo me había picado. He seguido con la broma, hasta que de repente, grita Carmen a punto de echarse a llorar: ¡Mamaaaaaaaaaaa!.

 ¡No me lo podía creer! estaba siendo tan real que estaban totalmente metidos en el drama. Luego en mi casa pensando en la situación... claro, era para llorar. Habíamos visto que algunos dinosaurios eran carnívoros, tenían unos dientes... y algunos eran pequeños...

En ese momento no podía parar de reír. Y ya para rematar, suena la voz asustada de Encarnita diciendo: "Seño, tengo miedo" Perdonar, pero es que hacía tiempo que no me reía tanto. No podía parar, llorando como una niña. Pero es que sus caras eran de cuadros. Nuria decía: "¡Qué es mentira Carmen! ¡No ves! Pero yo miraba a Carmen y no sabía si reír o llorar.

Como no quería que tuvieran pesadillas esta noche y mañana me vinieráis con responsabilidades, he dejado el drama y poco a poco hemos sacado las cosas que había una a una. Se han quedado con las ganas de algún hueso, pero en mi clase, todo es posible y no descarto que algún día llegue alguno.

Me ha encantado preguntarles si creen que podremos recordar todo el contenido para cuando vengan a por la caja. Y ha habido de todo. Pero lo que tenían claro es que lo primero, sería hacer una lista. ¡Utilizar la palabra escrita como estrategia!

Pero esto acaba de empezar. Ya os iré contando.


1 comentario:

  1. es un buen blog.¿Has visto el nuestro? http://www.musicahuelmatv.blogspot.com/

    ResponderEliminar