domingo, 18 de mayo de 2014

Tienda de Chuches.


     Como nos sobraron muchas chuches del tesoro de Habibi, no quise perder la oportunidad de tener algo tan motivador para trabajar lógica matemática y la lectoescritura.

       Preparé varias bandejas de chuches, antes del recreo, con su nombre y precio. Todo ello ante las visitas de varios niños y niñas preguntándome si íbamos a comer chuches, cuándo, si eran para ellos... Les dije que tendrían q comprarlas y yo les daría el dinero.


      Cuando entramos del recreo les enseñé en la asamblea las bandejas, les dije cómo se llamaban y le pusimos nombre a un par que no sabía cómo se llamaban. Les dije lo que valía cada una y que todos tendrían una tira con pegatinas (8 pero no se lo dije a ellos) con las que comprarían las chuches que quisieran, pudiendo repetir la misma las veces que quisieran, hasta agotar la tira de pegatinas.

      Me preguntaron supuestos para que quedara claro que lo habían comprendido a los que ellos le fueron dando la supuesta solución.




     Pero había un requisito, me lo tenían que pedir por escrito y ahí una vez que les entregara la chuche, pegarían tantas pegatinas como necesitaran para la cantidad de dicha chuche.




     Es curioso ver cómo cada uno utiliza su propia estrategia:
    - Doy varios viajes para ir haciendo cuentas de las pegatinas que me quedan.
     - Cuando me quedan pocas ya voy anticipando. Ninguno las anticipó todas.
     - Apunto muchas cosas a ver si me da...
     - Pido unas pocas y me guardó las pegatinas que me sobren para otro día.

      Vladic a María que le quedaban 3 pegatinas y quería dos nubes que valían 2 cada una:

     "Tienes pa una nube y pa otra cosa de 1"

      - Niños que normalmente no duran ni un minuto en el mismo sitio y haciendo algún trabajo por escrito, en esta ocasión eran los primeros en escribir a conciencia lo que querían y guardaban fila sin moverse.

       - A pesar de que todo estaba etiquetado, a nadie se le ocurrió copiar el texto, todos escribieron pensando en lo que querían escribir.
        - Evalué el orden de sus textos en un folio en blanco, si usaban las listas que tanto trabajamos, si la cantidad de lo que quieren está escrito en número y junto a la palabra.
           Si me sabían decir cuánto debían pagarme por cada chuche que me pedían dependiendo de la cantidad.

       En fin, que me fuí a casa satisfecha y ellos con chuches en su mochila. (En el cole no se comen chuches ;)

      No hay nada como aprender con lo que más nos gusta.

      ¡Qué bien que han sobrado muchas chuches para hacerlo de nuevo otro día! Así evaluaré si sus estrategias han mejorado.

1 comentario:

  1. maravillosa idea ... nada mejor para motivar a los alumnos en el uso de las mates que unas chuches ... se lo voy a contar a julio a ver si lo propone en el insti y asi animar a los adolescentes más recalcitrantes jijijiji

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